El viernes pasado en la puerta del colegio había dos hombres vendiendo castañas.
Todos nos pusimos en fila con 1 euro para comprar 5 castañas que venían en un sobrecito que hacían ellos mismos.
Cuando todos teníamos las castañas nos la empezamos a comer y a mi me recordaban cuando toda mi familia nos íbamos al campo y en el cuartillo que era bastante grande nos poníamos a comer castañas asadas como las que nos comimos el viernes pasado.
¡Me encantaron, estaban buenisimas!
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